La alimentación no es meramente un medio para la satisfacción de necesidades naturales sino que implica la adopción de una postura del ser humano frente a su entorno y frente a sí mismo. Esto nos lo recuerdan reflexiones romanas, medievales y de comienzos del siglo XVI en relación con los debates acerca de si es razonable o no el consumo de animales frente al de vegetales: ¿comer carne es compatible con una concepción de ser humano como ser racional y espiritual? ¿Son los animales seres inteligentes equiparables al ser humano? ¿Contamina el consumo de carne?¿Se peca por lo que se come o se deja de comer?¿Es la creación algo puesto al servicio del hombre para que la use como se le antoje? ¿”Todo lo que se vive y se mueve” se puede consumir? Si es lícito matar y comer cualquier animal, ¿sería lícita la antropofagia? Se explorarán las posiciones al respecto del neoplatónico Porfirio(232-304)y de Plutarco (ca. 46/50-120) en el auge de la pagana Roma imperial; de san Agustín(354-430) en su crítica al maniqueísmo durante la decadencia de la entonces cristiana Ciudad Eterna; de Tomás de Aquino(1225-1274)en el siglo XIII recuperando planteamientos de Aristóteles, y, finalmente, de Francisco de Vitoria(1483-1546)reflexionando desde la Universidad de Salamanca sobre el consumo de alimentos y el problema de la antropofagia relacionado con el descubrimiento del Nuevo Mundo.