Las mentalidades son conjuntos de creencias sobre el mundo que configuran la manera en que una persona percibe, reacciona y se comporta ante lo que le rodea. Estas han sido objeto de estudio de la psicologĆa durante varias dĆ©cadas; su importancia ha redundado en la evoluciĆ³n de nuestro entendimiento sobre el desarrollo humano y, particularmente, es de interĆ©s comprender el rol que cumple la educaciĆ³n dentro de este fenĆ³meno. El concepto de mentalidad de crecimiento (Dweck, 2006) ha tomado mayor relevancia en el campo de la educaciĆ³n de habilidades socioemocionales. Desde esta nociĆ³n, se plantea que las personas interpretan la realidad y particularmente las habilidades, desde, al menos, dos perspectivas. Desde la mentalidad fija, la inteligencia y las habilidades humanas estĆ”n determinadas por factores biolĆ³gicos y no se pueden modificar. En contraste, desde la mentalidad de crecimiento, la inteligencia y las habilidades son maleables y pueden incrementarse a partir de la determinaciĆ³n, esfuerzo y perseverancia de las personas. Esta conceptualizaciĆ³n sobre las mentalidades tambiĆ©n indica que estas coexisten dentro de las personas en la forma de un continuum caĆ³tico, diverso y con muchas caracterĆsticas particulares. Por ello, es fundamental aprender a conocerse para identificar las situaciones y caracterĆsticas de las mentalidades propias que permiten acercarnos o no a la alteridad, relacionarnos con ella y crecer como integrantes de sociedades dinĆ”micas y cada vez mĆ”s susceptibles de ser transformadas por las tendencias globales.