La conquista de América, los colonialismos británico y belga de finales del siglo XIX, y el vínculo que conecta el Apartheid y Auschwitz. El argumento que se busca discutir durante el curso es que la “civilización,” y los valores e ideales que reclama como suyos y que han sido concebidos de diversas maneras, no es un antídoto contra la violencia, sino que, por el contrario, descansa (en lo conceptual y en lo literal) sobre “montañas de cadáveres.” En este sentido, el curso se concentra en las relaciones que han existido entre diferentes campos saberes (sobre lo natural, sobre lo humano, sobre lo social, sobre lo metafísico) a la hora de construir no sólo las narrativas del llamado proceso civilizatorio sino también instaurar una concepción particular del orden de lo humano.
Para realizar este trabajo, el curso utiliza una matriz conceptual sobre la que se leen estos momentos históricos: primero, la civilización como administración producción de cuerpos. Segundo, la civilización como administración y producción de espacios. Por último, la civilización en tanto una forma de nombrar su otro. Esta matriz opera no solo como recurso para ver hacia atrás, en la historia, sino sobre todo para entender críticamente el presente. Finalmente, el curso plantea debates ético sobre las relaciones de las ciencias con la sociedad y, sobre todo, nuestro vínculo íntimo con el otro.