La grandeza de la matemática radica en su utilidad y belleza, dos aspectos que se entrelazan para impulsar su desarrollo. Un desarrollo que no para de acelerar y que ha avanzado creando un lenguaje propio, rico y complejo. Frente a la inmensa tarea de enseñar la matemática y su lenguaje, y ante la obligación de aprenderla, no siempre se logra transmitir dicha utilidad y belleza, sino que se logra lo contrario: dar la idea de que es un conocimiento abstracto sin aplicaciones a la vida real. Este curso propone entonces un ángulo diferente del pensamiento matemático, uno en el que no siempre podemos detenernos, que nos ofrece una nueva visión para volver a descubrir la matemática.
Con una serie de acertijos y retos que permiten acercarse a grandes ideas matemáticas, podremos contemplar el infinito, ir más allá de la tercera dimensión, domesticar la incertidumbre o doblar el espacio. Todo esto entrenando el pensamiento científico, al empujar la razón, la lógica y sus conclusiones hasta las últimas consecuencias y así ver la importancia de este para comprender, analizar y valorar la realidad en sentido más amplio. Veremos cómo esta forma de pensar es un proceso creativo que permea todos los aspectos de la vida, como el arte, la política y los negocios; y de este modo comprender el rol social de la matemática y el rigor de sus métodos.
Con el curso, se busca que el estudiante experimente el pensamiento matemático como un pensamiento efectivo provisto de armonía y belleza que nos revela una perspectiva estética que enseña empeño y genera un hábito de reflexión, y vea que la matemática, en tanto caso del pensamiento científico, está viva, es cambiante, polifacética y útil. Esto con el objetivo de despertar la curiosidad por este tipo de pensamiento